Mesas redondas a juego en diferentes alturas

Dime cómo es tu salón y te diré qué mesa de centro necesitas

Ya sea para apoyar los pies o para tomar un vino, estas mesas serán el mejor complemento para tu sofá

En decoración, casi siempre que nos planteamos cambiar un mueble las opciones son prácticamente infinitas. Hoy queremos reivindicar un elemento central de nuestra casa: la mesa de centro. Puede parecer un mueble auxiliar más, pero en realidad escoger la mesa adecuada para el salón es más importante de lo que mucha gente cree.

Por ejemplo, es esencial tener en cuenta el tamaño del propio salón- también del sofá- y elegir una mesa o mesas en consonancia. Si nos pasamos de grande entorpeceremos el paso y si es muy pequeña quedará perdida en mitad de ninguna parte. Tomar medidas es, por tanto, el primer paso que debemos tomar antes de buscar nuestra mesa ideal.

Mesa de cristal, acero cromado y madera, de Kendo.

Líneas rectas y limpias

Para un salón de dimensiones reducidas lo ideal será una mesa no demasiado grande, obviamente. Los materiales como el cristal y el espejo reflejan la luz y amplían visualmente el espacio. Es decir, una mesa más grande parecerá más ligera y menos aparatosa. También ayuda que tenga una altura igual o inferior a la de los asientos que la rodean: se verá más pequeña y dará sensación de ocupar menos espacio.

Mesa de madera maciza de Baladia and Balklein.

Las mesas cuadradas o rectangulares funcionan a la perfección porque aprovechan al máximo el espacio disponible. Así, serán la opción más cómoda si quieres que se pueda utilizar desde varios sofás o sillones. Además, te permiten exhibir más complementos decorativos: velas, platos, centros de mesa o libros. También será la mejor elección si tienes pensado comer en ellas o que tus hijos las usen para dibujar o como zona de juegos, por ejemplo.

Mesa en madera y metal de Blanc d’Ivoire.

Los materiales a escoger dependerán asimismo del uso que vayas a darle a tu mesa: con niños no es recomendable el cristal y sí mesas de madera maciza o de madera y metal, mucho más resistentes y duraderas.

Mesa doble para espacios grandes

Una tendencia al alza es la de utilizar dos mesas alargadas en vez de una sola mesa cuadrada. Esta combinación funciona especialmente bien en espacios de buen tamaño, con mesas idénticas situadas una junto a la otra.

Mesas gemelas extra largas en madera y metal de PH Difusión.

¿Qué ventaja aportan las mesas gemelas? Son menos pesadas, lo que facilita moverlas ya que pueden juntarse para ser usadas como una única mesa grande o separarse cuando sea necesario, dando mucho más juego.

Mesas estilo vintage de hierro y latón.

Si te gusta esta tendencia, no es imprescindible que tu salón sea enorme. Se pueden encontrar mesas de medidas más reducidas y causar el mismo efecto. Además, su menor tamaño te permitirá utilizarlas como auxiliares por separado o juntarlas con mucha más facilidad.

Redondas en diferentes tamaños

Mesas nido en hierro y madera de PH difusión.

Otra alternativa de plena tendencia son las múltiples mesas redondas. Dos mesas como las de la foto hacen la misma función que una sola mesa rectangular. Las diferentes alturas nos permiten utilizarlas para distinto propósito (como reposapiés o como mesa auxiliar) y nos dan muchas más opciones a la hora de decorarlas. Además, podemos juntarlas más y superponerlas tipo nido o separarlas dependiendo de nuestras necesidades del día a día.

Tibores metálicos en estilo étnico combinados en diferentes tamaños.

El truco funciona con dos o incluso con tres mesas. La clave está en que tengan la misma forma aunque cambien el tamaño y la altura. Si no hacemos mucha vida en el salón y buscamos un elemento más bien decorativo, tres pequeñas mesas como las de la fotografía nos proporcionarán menos superficie, pero mucha personalidad. Si eres atrevido, puedes combinar incluso mesas de diferentes colores.

Con bandejas o baldas

Mesa en metal y madera con dos bandejas de Baladia and Balklein.

Si vas a poner muchos elementos decorativos sobre tu mesa de centro necesitarás que ésta tenga el tamaño adecuado, pero también puedes escoger una que cuente con una balda inferior para revistas, libros y decoración. O, como en este caso, con bandejas. En el ejemplo de la fotografía inferior, las bandejas se sitúan encajadas sobre la mesa y pueden moverse para ser usadas individualmente.

Mesa de hierro y roble envejecido con bandejas de Crisal.

Todas las mesas de las fotografías (así como el resto del mobiliario) pertenecen a la exposición de la tienda de Tribeca en Bilbao o a proyectos realizados por Tribeca en viviendas de nuestros clientes. No dudes en ponerte en contacto con nosotros si estás interesado en cualquiera de ellos o si quieres realizar un proyecto de reforma o de decoración.

Mesa escritorio Nasdaq de Cattelan Italia

Claves decorativas para el teletrabajo

Adaptar el espacio del que disponemos es esencial antes de empezar a trabajar desde casa

Escritorio hecho por Vedra y diseñado a medida para un proyecto de decoración de Tribeca.

“Teletrabajo” es una de las palabras del año, sin duda. En muchos casos, hemos tenido que cambiar hábitos laborales y aprender a trabajar desde casa. Y no es tan sencillo como tener un ordenador y conexión a internet: adaptar el espacio del que disponemos es esencial.

Para empezar, todo depende de los metros cuadrados de los que dispongamos. Nunca será igual la zona de trabajo de quien tiene una habitación destinada a estudio que la de quien cuenta con un pequeño rincón en su salón.

Mesa escritorio de Cattelan Italia. Proyecto de reforma de Tribeca Bilbao.

Sea como fuere, es importante pensar muy bien dónde vamos a ubicar nuestra oficina. Si tenemos niños, lo mejor es no compartir espacio con su zona de juegos, por razones obvias. Puedes, por ejemplo, buscar un hueco en el comedor, lugar por lo general más tranquilo y menos concurrido que el salón.

Otra de las claves a tener en cuenta es ser consecuentes con las medidas: es más importante tener una zona de trabajo cómoda, funcional y más o menos aislada que contar con un escritorio enorme. Hoy en día, una mesita escritorio para el portátil será casi siempre más que suficiente (a menos que tu puesto laboral lo requiera, por supuesto).

Escritorio y mueble de almacenaje integrados y suspendidos a la pared de Dall’Agnese.

Pocos muebles, pero funcionales

La funcionalidad es siempre un valor a tener en cuenta. No debemos olvidar que se trata de un espacio para trabajar: lo mejor es tener pocos muebles que cumplan su función o, a ser posible, más de una a la vez. Sobre todo si contamos con pocos metros cuadrados, la versatilidad será un valor añadido: escritorios con almacenaje, integrados en librerías o suspendidos en la pared son una apuesta segura.

Mesa de metal hecha a medida para proyecto de decoración de Tribeca.

Otra característica básica de nuestra oficina en casa es la ergonomía. Opta siempre por mesas y sillas diseñadas para trabajar: tu espalda y tu vista te lo agradecerán y te permitirá mantener la concentración más fácilmente.

Casi igual de importante es mantener el orden: hazte con cestas, cajas, mesas con cajones o almacenaje, estanterías para los libros o archivadores… Ten el escritorio ordenado y trabajarás mejor y mucho más rápido.

Mesa escritorio de vidrio transparente de Sovet.

Un estudio tiene que estar bien iluminado, ya que vamos a pasar mucho tiempo trabajando en él. Lo ideal es que contemos con el máximo posible de horas de luz natural. Además, recomendamos utilizar colores claros para las paredes (el blanco es el mejor aliado para reflejar la luz) y no abusar de la decoración mural. Así evitarás distracciones innecesarios y crearás un ambiente tranquilo y relajado.

Los muebles de cristal o de espejo también ayudan a reflejar la luz y, de paso, hacen que cualquier espacio parezca más grande de lo que es.

Mesa escritorio Batik de Cattelan Italia con almacenaje.

En Tribeca trabajamos con una amplia selección de fabricantes de mobiliario de oficina, tanto profesional como para el hogar. Además, ofrecemos la posibilidad de adaptar o diseñar a medida el escritorio que mejor se adapte a tus necesidades. No dudes en contactarnos.

Salón con sofá y sillón Biscarrosse de Home Spirit con funda en lino.

Cómo escoger el sofá perfecto

Vas a pasar muchas horas en él, elígelo con cabeza

El sofá es, después de la cama, el mueble más importante de tu casa. Al fin y al cabo, hablamos del centro neurálgico del hogar: es lugar de descanso, de lectura, de encuentro. En este elemento central de tu salón tomas el café, ves la televisión, conversas con tus invitados, cenas de manera informal… así que escoger el más adecuado para tus necesidades es algo primordial.

Lo primero, por supuesto, es tener en cuenta las medidas de tu salón. No vayas a mirar muebles sin antes tener claro de qué espacio dispones y cómo quieres distribuirlo. En base a eso, te puedes decantar por un sofá de dos o tres plazas, un esquinero, un sofá largo con chaiselongue o uno pequeño complementado con dos butacas a juego, por ejemplo.

Intenta no comprar nunca un sofá demasiado grande, que ocupe casi todo el espacio disponible. Eso hará que, estéticamente, el salón parezca más pequeño de lo que es y, seamos prácticos, te entorpecerá el paso.

¿Otro dato esencial? Cuántas personas van a utilizar el sofá y cuánto uso le van a dar. No serán lo mismo, obviamente, las necesidades de una familia con niños que las de un soltero. Pero además hay que tener en cuenta si lo vas a utilizar para pasar muchas horas en él, si no dispones de habitación de invitados y necesitas un sofá cama… O, incluso, si vives en un estudio y va a ser tu cama de diario, con lo que debes optar por un modelo de sofá cama especialmente cómodo y fácil de transformar.

Por supuesto, al igual que ocurre con las camas, es importante escoger un sofá que te resulte muy confortable. La teoría dice que lo ideal es que no sea ni muy duro ni muy blando, sino de una firmeza media. Pero, como en todo, esta es una cuestión de gustos.

La mejor manera de no equivocarte es probar varios modelos para poder hacerte una idea de lo que estás buscando y lo que mejor se adapta a ti. Exactamente igual para los cojines: pueden ser de plumas, sintéticos de espuma más o menos densa… lo importante es que la espalda quede recta, que los pies lleguen al suelo estando sentados y que el reposabrazos tenga una altura ergonómica.

Después del relleno y la estructura, toca pensar en la tapicería. Hay múltiples opciones y todo dependerá, de nuevo, de tus necesidades reales y no sólo de una cuestión estética. Los sofás de lino en tonos claros son preciosos y plena tendencia, pero quizá si tus hijos van a dibujar y merendar en el salón prefieras un acabado en piel, mucho más resistente a las manchas o un tejido de algodón en un tono oscuro y sufrido. En todo caso, trata de elegir una tapicería que vaya con tu estilo de vida y así evitarás acabar con un bonito sofá oculto debajo de una funda o una colcha para evitar que se estropee.

En Tribeca solemos optar por sofás de color liso, en tonos neutros, como beige, azul, gris o blanco y añadir el toque de color o el estampado en los cojines, un plaid o manta y otros elementos decorativos. Así te cansarás menos y podrás renovar esos detalles con mucha más facilidad cuando decidas cambiar la decoración. Pero también te damos la opción de escoger telas diferentes a las del fabricante y crear tu propio sofá, prácticamente único, o tus propios cojines, con el diseño que desees.

Por último, un consejo: ten en cuenta que un buen sofá puede durar años y años. Merece la pena invertir en un mueble de calidad que no se vaya a deformar ni a estropear con facilidad. Siempre puedes cambiar la funda o retapizarlo por completo cuando te hayas aburrido del color o del tejido o cuando empiece a parecer desgastado.

Y, si todo esto te ha parecido complicadísimo, no desesperes. En Tribeca te asesoramos tanto a la hora de escoger un mueble concreto, como un sofá, como si necesitas llevar a cabo un proyecto completo de decoración o de reforma. No dudes en ponerte en contacto con nosotros.

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